La gracia de la formación en Ars
Las estapas
Venid y ved
LA GRACIA DE ARS
Con un poquito más de mil habitantes, el pueblito de Ars ofrece un contraste entre su tamaño y su popularidad. Este lugar no hubiera sido famoso si no hubiera vivido en él, aquel que hizo su fama desde mas de 150 años: Jean Marie Vianney. Este pastor se ha convertido el «el san patrono celeste de todos los sacerdotes del universo» viviendo de una manera ejemplar su identidad de cura católico hasta el punto de dejar una imagen y un testimonio inolvidables. Caso único el la historia cristiana: el nombre del pueblito se identificó al nombre de su cura. Si «el hombre contemporáneo escucha más a los testigos que a los maestros» puede descubrir en este fascinador profeta, la belleza del sacramento de la orden sacerdotal.
«Las palabras pueden persuadir pero los ejemplos te guían» en ningún otro sitio, uno siente tanto que «no es solo una carga la que hemos recibido o una función calificada que tenemos que cumplir al servicio del pueblo de Dios. La gente puede hablar del sacerdocio como de una función, incluido, la función de presidir la eucaristía. Pero no estamos llamados a ser solamente unos funcionarios. Primero porque en nuestro ser profundo estamos marcados de un carácter especial que nos configura al Cristo Sacerdote, para ser capaces de actuar en el nombre de Cristo en persona» (San Juan XXIII) Jean Marie Vianney ha vivido plenamente las exigencias que discurren de esta configuración hasta la santidad eminente que ha transformado el ejercicio de nuestro sacerdocio.
ACTULIDAD EL CURA DES ARS
El ejemplo heroico y las palabras del San cura de Ars permanecen hoy en día una fuente viva de inspiración para todos; pero aun más para los sacerdotes. «La figura del cura de Ars no pasara» permanece como una carta escrita por el Espíritu Santo para los sacerdotes del mundo entero. Lo que impresiona enseguida es como se identifica a su propio ministerio con una entrega radical de él mismo”
La visita del papa Juan Pablo II en 1986 ha dado un nuevo impulso subrayando toda la fuerza de esta figura espiritual pues declaro por 3 veces: «que la figura del Santo Cura de Ars, permanece un modelo, sin igual para todos los países, a la vez de cumplimiento del ministerio y de santidad del ministro». Con ese mismo impulso renovado, el papa ha nombrado obispo de Belley – ahora Belley-Ars – a Monseñor Guy-Marie Bagnard que abrió un seminario y creado una fraternidad sacerdotal bajo el patrono del cura de Ars la Sociedad Jean Marie Vianney.
La SJMV tiene como deseo de iluminar la figura del cura de Ars quien con su testimonio de vida puede suscitar una renovación de la figura del sacerdote en la iglesia universal. Quiere transmitir todo lo que aprende del cura de Ars y que la Iglesia reconoce como esencial para cada cura discípulo de Jesús.
LA IDENTIDAD DEL SACERDOTE Y LA FORMACION
La figura de San Jean Marie Vianney, que nos muestra muy claramente lo que significa ser un sacerdote, permanece una fuente de inspiración para desarrollar una formación coherente a la profunda identidad del sacerdote tal y como lo propone la Iglesia. De hecho «el conocimiento de la naturaleza y de la misión del sacerdote ministerial es el requisito necesario y al mismo tiempo el guía mas seguro e inspirador, para desarrollar en nuestra Iglesia la acción pastoral, con preocupación primera el discernimiento y la formación de todos aquellos llamados al sacerdocio» (Pastores Dabo Vobis)
Esta identidad es subyacente a la naturaleza de la formación que tiene que ser dada a los futuros sacerdotes y durante toda su vida sacerdotal. Aquí esta el primer fundamento del seminario internacional dela SJMV. Se trata de ofrecer un camino de formación sacerdotal conforme al pensamiento de la Iglesia e iluminado por el contacto vico con un santo en el lugar mismo donde vivió su ministerio sacerdotal. Esta coincidencia entre Ars y un Seminario es un don de Dios que ofrece su contribución al la renovación del sacerdocio diocesano deseado por el Concilio vaticano II.
«El Cura de Ars, en su época, supo transformar los corazónes y las vidas de tantas personas, pues logro que viesen el amor todo misericordioso del Señor. Nuestra época necesita urgentemente una noticia así y un tal testimonio de la verdad del Amor «
Benito XVI
LA GRACIA DE ARS
Con un poquito más de mil habitantes, el pueblito de Ars ofrece un contraste entre su tamaño y su popularidad. Este lugar no hubiera sido famoso si no hubiera vivido en él, aquel que hizo su fama desde mas de 150 años: Jean Marie Vianney. Este pastor se ha convertido el «el san patrono celeste de todos los sacerdotes del universo» viviendo de una manera ejemplar su identidad de cura católico hasta el punto de dejar una imagen y un testimonio inolvidables. Caso único el la historia cristiana: el nombre del pueblito se identificó al nombre de su cura. Si «el hombre contemporáneo escucha más a los testigos que a los maestros» puede descubrir en este fascinador profeta, la belleza del sacramento de la orden sacerdotal.
«Las palabras pueden persuadir pero los ejemplos te guían» en ningún otro sitio, uno siente tanto que «no es solo una carga la que hemos recibido o una función calificada que tenemos que cumplir al servicio del pueblo de Dios. La gente puede hablar del sacerdocio como de una función, incluido, la función de presidir la eucaristía. Pero no estamos llamados a ser solamente unos funcionarios. Primero porque en nuestro ser profundo estamos marcados de un carácter especial que nos configura al Cristo Sacerdote, para ser capaces de actuar en el nombre de Cristo en persona» (San Juan XXIII) Jean Marie Vianney ha vivido plenamente las exigencias que discurren de esta configuración hasta la santidad eminente que ha transformado el ejercicio de nuestro sacerdocio.
ACTULIDAD EL CURA DES ARS
El ejemplo heroico y las palabras del San cura de Ars permanecen hoy en día una fuente viva de inspiración para todos; pero aun más para los sacerdotes. «La figura del cura de Ars no pasara» permanece como una carta escrita por el Espíritu Santo para los sacerdotes del mundo entero. Lo que impresiona enseguida es como se identifica a su propio ministerio con una entrega radical de él mismo”
La visita del papa Juan Pablo II en 1986 ha dado un nuevo impulso subrayando toda la fuerza de esta figura espiritual pues declaro por 3 veces: «que la figura del Santo Cura de Ars, permanece un modelo, sin igual para todos los países, a la vez de cumplimiento del ministerio y de santidad del ministro». Con ese mismo impulso renovado, el papa ha nombrado obispo de Belley – ahora Belley-Ars – a Monseñor Guy-Marie Bagnard que abrió un seminario y creado una fraternidad sacerdotal bajo el patrono del cura de Ars la Sociedad Jean Marie Vianney
La SJMV tiene como deseo de iluminar la figura del cura de Ars quien con su testimonio de vida puede suscitar una renovación de la figura del sacerdote en la iglesia universal. Quiere transmitir todo lo que aprende del cura de Ars y que la Iglesia reconoce como esencial para cada cura discípulo de Jesús. «La enseñanza que sigue dándonos el santo cura de ars es que, como base de su compromiso sacerdotal, el sacerdote tiene que poner una unión personal e intima con Cristo, que se tiene que cuidar y desarrollar día tras día» (Benito XVI)
LA IDENTIDAD DEL SACERDOTE Y LA FORMACION
La figura de San Jean Marie Vianney, que nos muestra muy claramente lo que significa ser un sacerdote, permanece una fuente de inspiración para desarrollar una formación coherente a la profunda identidad del sacerdote tal y como lo propone la Iglesia. De hecho «el conocimiento de la naturaleza y de la misión del sacerdote ministerial es el requisito necesario y al mismo tiempo el guía mas seguro e inspirador, para desarrollar en nuestra Iglesia la acción pastoral, con preocupación primera el discernimiento y la formación de todos aquellos llamados al sacerdocio» (Pastores Dabo Vobis)
Esta identidad es subyacente a la naturaleza de la formación que tiene que ser dada a los futuros sacerdotes y durante toda su vida sacerdotal. Aquí esta el primer fundamento del seminario internacional dela SJMV. Se trata de ofrecer un camino de formación sacerdotal conforme al pensamiento de la Iglesia e iluminado por el contacto vico con un santo en el lugar mismo donde vivió su ministerio sacerdotal. Esta coincidencia entre Ars y un Seminario es un don de Dios que ofrece su contribución al la renovación del sacerdocio diocesano deseado por el Concilio vaticano II.